Sábado, 15 de febrero de 2025, 21:35 UTC • 3 minutos

Es que nació sin sombra
Hay gente que de la noche a la mañana lo tiene todo, pero también, del mismo modo, lo pierde todo
Culiacán, Sin. – Como cada sábado les traigo un texto distinto. Este ha sido una ocurrencia mía que debo aclarar que cualquier parecido con la realidad, es mera coincidencia.
Toda su vida había sentido que algo le faltaba. Desde su nuevo despacho a veces dedicaba las tardes a pensar al respecto. Apenas unos días más tarde estaré cumpliendo 40 años, pensó. Sin embargo, algo estaba ausente en su vida.
Hace unos meses era por todos querido. A pesar de que algunos se mofaban de su sonrisa, él no se la guardaba. Nunca figuró en nada. En nada. Ha sido un hombre afortunado. Casi cumplo 40 años y lo tengo casi todo, pensó otra vez.
Las mediciones actuales no lo favorecían. En su trabajo eres tan bueno como la última vez, y las últimas veces definitivamente no las ha tenido consigo. Todo se volvió cuesta arriba.
Una noche de junio recibió una llamada. Vas a ser alcalde, prepara tu mejor traje porque ahorita te van a tomar protesta en el Congreso, le dijo su padrino del otro lado de la línea del celular. ¡Cómo! No preguntes pendejadas, tu obedece. Busca tu traje. Te van a buscar.
Y así fue. Salido de la nada. Nunca había ganado nada. Ni siquiera una rifa. Muchos trabajos administrativos, siempre en la función pública, pero sin lustre alguno. No tenía mucho por presumir, ni siquiera a su padrino. Curiosamente fue su padrino quien lo encumbró.
Llegó como “apagafuegos”. La gente estaba cansada de su antecesor. Con el paso de los días logró popularidad, pero siempre algo le hacía falta. Luego algo sucedió. Todo en su trabajo comenzó a tornarse delicado. Por fortuna para él, nadie lo notaba. Nadie sabía si estaba ausente o si ya se encontraba “despachando”. No lo notaban.
Es que nació sin sombra, escuché una vez a alguien decir. Por eso es que estorba, pero no lo notas. En el México prehispánico algunas culturas advertían que era una especie de enfermedad. Y es que la principal estrella, el Sol, cuando se encuentra en lo más alto, cenital, ilumina todo y elimina sombra alguna.
Pues así vive él. Sin sombra, como si el Sol siempre estuviera encima de él, quemándolo de forma invariable. Y ahora lo han vuelto a evaluar. Aquellos que una vez lo encumbraron, lo colocan en el piso.
En apenas seis meses pasó de tenerlo todo, a no tener ni una pizca de atención de nadie. Pero sigue despachando. Su padrino se lo encargó. No le puede fallar. Aunque haya nacido sin sombra, no le puede fallar.
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Y como dijo el clásico… consuman y rolen.

Aarón Ibarra
Reportero Independiente de tiempo completo