Miércoles, 2 de julio de 2025, 23:34 UTC2 minutos

Imagen de ilustración creada con IA.

Dejarlo atrás

En Culiacán hay otro problema del que pocos registros existen porque nadie avisa al respecto

Culiacán, Sin. - Trabajaba como mesera para sacar adelante sus estudios. Siempre muy cordial y atenta. Con el paso de los años, su familia y su trabajo acapararon todo su tiempo. Aunque su ingreso no es el más fuerte para el hogar, sí es significativo.

Pero en octubre de 2024 no lo pudo sostener. Julieta tuvo que dejar su ciudad de origen, sus raíces. Tuvo que dejar Culiacán.

Mi esposo me dijo que esto no tenía para cuándo, me contó.

Me explica que a él ya le había tocado en Tijuana la guerra de los Arellano Félix. Por eso migró a Culiacán. Irónico.

Ahora la violencia los orilló a Tijuana. Y no es que allá esté mejor, es solo la opción que tuvieron de escapar de este infierno.

Es que allá tenemos familia y tenemos con quién llegar, me dijo como justificando su huida. No sabe cuánto la comprendo.

Ahora piensan en vender su casa. La están reparando o lo que alcancen a remodelar para subir un poco su valor.

También Lucía y Gilberto. Ellos migraron al centro del país. Están rentando su casa de Valle Alto en 10 mil pesos al mes.   

Todo esto sale porque en el Sol de Sinaloa se publica un reportaje sobre una migración silenciosa de culichis. No existe un registro. Pero Julieta es una de ellas. Renuncia a su empleo el mismo octubre y le dan chance de hacer teletrabajo hasta diciembre. En enero su contrato no fue renovado.

También Lucía y Gilberto. Con sus dos hijos, uno de seis y el otro de tres, lo dejaron todo.

Otros no tienen tanta suerte y tienen que permanecer en este infierno. Capoteando disparos, convoyes, y hasta explosiones.

Con el Jesús en la boca y el ojalá no me toque una balacera. Así.

Pero el gobierno hoy presentó “resultados” del primer semestre. Sus cuentas alegres presumen arrestos, aseguramientos, buenos resultados.

Omitieron un dato: los homicidios han subido un 260 por ciento con respecto al mismo periodo del año pasado, y además, este primer semestre es tan violento como los de 2010 y 2011.

Solo que ahora la gente no solamente se está muriendo… se está yendo.

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Aarón Ibarra

Reportero Independiente de tiempo completo

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